lunes, 3 de agosto de 2015

A dos lineas de entender el cielo:

Hace un mes o dos, fui invitado a participar por Jägermeister en una exhibición de cuernos decorados por diferentes artistas. No es que sea yo el mejor embajador del licor alemán, sino que fui convocado por la gente del Josealfredo, local donde se celebraría el evento. Entiendo que la ristra de noches sin pagar gintonics me otorgaba una suerte de venia para formar parte de "los elegidos". Así que tras recibir el cuerno de escayola y realizar unas pruebas de color en el taller, no le di muchas vueltas al tema, haría un homenaje. Sí, un homenaje a los años de gratitud servida tras la barra de este bar que alguna vez alguien empezó a llamar La Oficina. Aquí la obra antes de ser expuesta:




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